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26 La fuerza rural del país. Octubre 2015
Medicina Ancestral y Cosmovisión Andina
Desde tiempos inmemorables se practica en nuestro
país la medicina ancestral o tradicional, que ha facilitado
el acceso a los productos que ofrece la tierra para curar
enfermedades y dolencias que aquejan a las personas.
Fueron nuestros ancestros quienes nos dejaron este legado de sabiduría
basado en la energía y el poder curativo de las plantas y remedios na-
turales extraídos de la Pachamama. Es así que la medicina tradicional ha
tenido desde siempre gran acogida, sobre todo en los pueblos indígenas,
que hasta la actualidad comparten sus conocimientos en distintos canto-
nes y parroquias del país.
Una de las parroquias donde se practica esta cosmovisión andina es Ludo,
ubicada en el cantón Sígsig, de la provincia de Azuay. Hasta este sitio, to-
das las semanas llegan decenas de enfermos en busca de María del Car-
men y María Nieves Yare, dos hermanas que constituyen la cuarta genera-
ción de una familia dedicada por completo a la medicina ancestral.
Las hermanas Yare atienden en su casa pero también en el subcentro de
salud de la parroquia. Lo hacen porque la Constitución del Ecuador en
su Capítulo IV, referente a los Derechos de las comunidades, pueblos y
nacionalidades, Artículo 57, numeral 12, reconoce las prácticas ancestrales
y expresa la garantía de: “mantener, proteger y desarrollar los conocimien-
tos colectivos; sus ciencias, tecnologías y saberes ancestrales; los recursos se pegan al cuerpo y al aura; así, el baño de ruda, artemisa, tabaco y ortiga,
genéticos que contienen la diversidad biológica y la agrobiodiversidad;
sus medicinas y prácticas de medicina tradicional, con inclusión del dere-
cho a recuperar, promover y proteger los lugares rituales y sagrados, así
como plantas, animales, minerales y ecosistemas dentro de sus territorios;
y el conocimiento de los recursos y propiedades de la fauna y la flora.”
De esta manera, el Estado promueve y garantiza la inclusión de la cos-
movisión andina a la medicina, que por un lado, fortalece la conversión y
comunicación de la cultura ancestral; y por otro, “ayuda para la gastritis,
artritis, reumatismo, enfermedades respiratorias, y para limpiar el aire, el
mal de ojo, estrés y otras dolencias…”, indicó Rosa Sisalima, quien es una
de las “mamas”, de la parroquia Jadán, del cantón Gualaceo.
Sisalima, quien además es lideresa rural y miembro de la Red de Mujeres
Nuestros EVENTOS
Rurales del Azuay, en conjunto con varios Yachacs impulsa la iniciativa de
fundar la Escuela de Medicina Ancestral del Azuay, para difundir estas téc-
nicas, que perfectamente se pueden combinar con la medicina occidental
como lo hace ella en su trabajo de enfermería.
Los Yachacs
Son sabios, conocedores de la gente y de la vida, representan la autoridad
moral que ha pasado una larga y difícil iniciación. Constituyen la base de
la estructura social de la comunidad y la cohesión espiritual del grupo.
Son estos sabios quienes transmiten su conocimiento de generación en
generación para inmortalizar la identidad cultural del pueblo.
Varios Yachacs, de países como Ecuador, Bolivia y Argentina se congre-
garon este año en la provincia de Azuay, para participar en el “Primer En-
cuentro Regional de Saberes Ancestrales”, donde los representantes de
cada país compartieron técnicas adquiridas desde hace siglos, basadas
en la sanación integral de mente y espíritu mediante el uso de plantas,
sonidos, limpias y energización.
Prácticas
FUENTE: EL COMERCIO
Dentro de la medicina ancestral, algunas de las prácticas más comunes son:
• Limpia con el huevo: Esta técnica tiene dos funciones: diagnosticar enfer-
medades y malas energías, así como eliminar los males que aquejan a quien
se “limpia”. Para ello, se pasa el huevo por el cuerpo del paciente y después
se quiebra en un recipiente con agua. A partir de ello, se recomienda un trata-
miento al paciente, dependiendo del grado de desequilibrio del “jinchi”, el cual
acumula las energías espirituales.
• Baños con hierbas: Cumplen la función de descargar energías negativas que
elimina estas energías; en tanto que, el baño de manzanilla, flores de naranjo y
hojas de maracuyá, relaja al cuerpo y disminuye las tensiones musculares.
• Infusiones de plantas: Constituyen extractos de plantas que actúan al interior
del cuerpo para liberar energías negativas atrapadas en los órganos internos.
Para este proceso se realiza una preparación espiritual previa, de modo que sea
posible trabajar con plantas psicoactivas como la ayahuasca, huachuma y toé,
capaces de generar alteraciones en la percepción de la realidad, debido a que
dan paso a procesos espirituales muy intensos. Por lo tanto, si la persona no tie-
ne un trabajo interno previo, puede presentar algunos desequilibrios mentales,
cuando más bien el objetivo de este tratamiento es abrir el camino, mejorar el
entendimiento de las pruebas de la vida y discernir claramente.