Quito D.M., 17 de noviembre de 2017
El sector rural enfrenta desequilibrios económicos, sociales, ambientales y sufren los impactos de esta realidad, que el país tiene que atender si pretende crecer bajo criterios de equidad.
El desarrollo sostenible del país debe incluir una nueva concepción de lo rural vinculada con: el aumento de la producción, la productividad y la seguridad alimentaria; la preservación del territorio y el rescate de los valores culturales para fortalecer la identidad nacional; el desarrollo de una nueva cultura agrícola y rural que permita la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales; el aumento de los niveles de participación de sus habitantes para fortalecer el desarrollo democrático y la ciudadanía rural, pero sobre todo, el desarrollo humano, como eje central del crecimiento económico.
Es fundamental reconocer que los habitantes de las parroquias rurales tienen sus propios valores, conocimientos e identidad, que les permite desarrollar su energía y creatividad para superar las privaciones, la exclusión, la marginalidad, la pobreza y la pobreza extrema.
Son estos valores los que deben inspirar para que el país, desde las distintas instancias, ayuden a superar la difícil e inequitativa situación en la que viven los habitantes del sector rural, que pese a ser el soporte de la seguridad alimentaria de todos, que cuidan la fuentes de agua que son vida para todos, que mantienen sus raíces culturales que nos enriquecen a todos, que despliegan una nobleza y generosidad de espíritu que engrandece el corazón de quienes les visitan.
Frente a todos estos valores, ¿es justo que vivan en pobreza, carentes de servicios básicos, con sueños no cumplidos, con esperanzas frustradas?
Asesoría de Comunicación
CONAGOPARE NACIONAL